Ácido Hialurónico

El ácido hialurónico (AH) es un polisacárido del tipo de los glucosaminoglicano que es abundante en nuestra piel y en la mayor parte de los tejidos del organismo (humor vítreo, cordón umbilical, líquido sinovial, tejido esquelético, pulmón, válvulas cardíacas, próstata, aorta, cuerpos esponjosos y cavernosos del pene, aorta).

El A.H es el responsable de mantener los niveles de humedad en la piel por su propiedad de retener grandes cantidades de agua.

El envejecimiento se produce en parte porque con el paso de los años el A.H va disminuyendo, trayendo consigo la aparición de arrugas, flacidez, falta de tersura, etc.

Se usa como material de relleno en arrugas, surcos de la cara, manos, cuello, modelar el contorno facial así como también para aumentar y remodelar pómulos, mentón y labios.

Como actúa
El ácido hialurónico estimula a los fibroblastos para la producción de colágeno, multiplicando y prolongando el efecto rejuvenecedor, además, el A.H es una sustancia hidratante que retiene las moléculas de agua, mejorando la elasticidad, el aspecto de la piel y aportando volumen a los tejidos.

Aplicación del ácido hialurónico
Se inyecta a nivel de la dermis, integrándose de manera natural, por ello no produce fibrosis por reacción a cuerpo extraño ni alergias y por tanto no requiere de pruebas cutáneas.

Duración del ácido hialurónico
Es de aproximadamente 1 año, dependiendo del tipo de AH que sea para relleno.
Su aplicación periódica provoca la regeneración del colágeno propio.
Existen dos clases de AH:

Reticulados: para relleno.

No reticulados: para hidratación. Algunos vienen en cócteles con vitaminas, aminoácido, factores de crecimiento, coenzimas… De acuerdo a su tipo hay que hacer más de una sesión al año para obtener un buen resultado.

Y de estas dos clases existen diferentes concentraciones de AH.